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¿Cómo responder a una nueva pandemia en Latinoamérica?
POR: YANETH GIHA
Directora Ejecutiva de Fifarma
¿Qué lecciones le deja la pandemia del Covid-19 a Latinoamérica y a sus sistemas de salud? ¿Por qué hubo comportamientos tan desiguales entre naciones con características similares? ¿En dónde está la clave para que algunos países hayan enfrentado la crisis con más eficacia que otros?
Las respuestas las tiene un estudio que realizó el Wifor Institute de Alemania para Fifarma, sobre la Economía de la Salud en América Latina. Las revelaciones son muy interesantes, porque permiten entender los factores que determinan la resiliencia de un sistema de salud, es decir, su capacidad para absorber, adaptarse y transformarse cuando es desafiado por amenazas externas.
América Latina fue una de las regiones del mundo más golpeadas por la pandemia del Covid-19, no solo en términos de salud, sino de economía. La crisis sanitaria generada en la región fue resultado de varios factores como ineficiencias en los sistemas sanitarios y un bajo gasto público en salud, inferior al de los países europeos y al de los países miembros de la OCDE. Ninguno de los países analizados en el estudio (Brasil, México, Chile, Perú, Argentina y Colombia) cumplió con la meta del 6% establecida por la OPS. En consecuencia, el impacto del COVID-19 fue intenso y variado en los países de Latinoamérica y las proyecciones indican diferentes procesos de recuperación para cada uno de ellos.
Por otro lado, la pandemia del COVID-19 amplió la brecha entre América Latina y los países desarrollados en materia de Economía de la Salud. No solo porque los sistemas de salud en nuestra región estaban equipados de manera diferente para la pandemia en términos de médicos, enfermeras, hospitales y camas de UCI, sino por factores como el atraso de la industria farmacéutica en nuestra región, en donde apenas está ubicado el 1% de las empresas de Investigación y Desarrollo del sector farmacéutico.
No obstante, sorprende el desempeño de Chile sobre los demás países de la región, siendo el de menor número de muertos por cada 100 mil habitantes (232) y logrando un 90% de personas vacunadas con esquema completo, hasta marzo de 2022. Coinciden las buenas cifras con un sistema de telesalud desarrollado antes de la pandemia y un énfasis en la innovación médica.
El estudio también evidenció que la brecha digital entre zonas urbanas y zonas rurales en América Latina ha imposibilitado la plena adopción de herramientas de salud digital como la telemedicina. El 67 % de los hogares en áreas urbanas tiene acceso a Internet, mientras en áreas rurales solo el 23 % cuentan con este servicio. Por lo tanto, la implementación de las tecnologías de salud digital se ve limitada por el acceso desigual a los dispositivos y redes de banda ancha, que son claves para acceder a los sistemas de salud del futuro. La digitalización es una de las claves para superar barreras estructurales como el acceso a los sistemas sanitarios.
La conclusión principal del estudio Wifor, y más cuando se compara a nuestra región con los países europeos, es que los sistemas de salud fortalecidos por la innovación en tecnologías digitales y en investigación médica y farmacéutica, fueron los que mejor soportaron los duros efectos de la pandemia y pudieron responder de manera adecuada y resiliente.
Es hora de que en América Latina dejemos de ver la salud como un gasto y la empecemos a entender como una inversión y un promotor del crecimiento económico, la riqueza y el empleo. Ese nuevo enfoque se traduciría en aumento del gasto público en salud y en la creación de mejores capacidades para nuestros sistemas, haciéndolos más resilientes en el escenario futuro de una nueva pandemia.
*El estudio completo de Wifor se puede consultar en www.fifarma.org