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Axel Farfán: “Hemos creado jardines que serán cuidados por los niños con el propósito de conectar con la naturaleza”
Después de seis meses, los estudiantes celebraron la etapa de cosecha junto a los aliados IntegraMédica, el programa Huellas de Cambio de Bupa Global Latinoamérica y la Asociación para la Niñez y su Ambiente (ANIA), quienes impulsan la iniciativa con el fin de generar un impacto positivo en la comunidad. Axel Farfán, Gerente General de IntegraMédica, parte de Bupa nos comentó más al respecto del proyecto.
- Puede comentarnos: ¿Como nació el proyecto “Huellas de Cambio” que lanzó en conjunto con la Asociación para la Niñez y su Ambiente (ANIA) y con qué finalidad?
En primer lugar, BUPA está comprometido en impulsar acciones que generen un impacto positivo en el planeta, en función a eso se creó el programa “One Health” y dentro de este se encuentra el proyecto “Huellas de Cambio”, el cual se desarrolla en varios países como Ecuador, República Dominicana y Panamá. Para llevarlo a cabo en Perú, nos asociamos con ANIA con la finalidad de crear un mundo mejor para los niños. El proyecto nos permite implementar la metodología TINI (Tierra de niñas, niños y jóvenes), mediante la creación de espacios naturales al cuidado de los propios estudiantes, logrando así el sentido de responsabilidad social.
- ¿Como cree usted que influye el hecho de incluir a la Madre Tierra en la educación de los niños en el Perú?
Bueno básicamente la metodología TINI incorpora a la Madre Tierra en la educación para que los docentes la utilicen como recurso pedagógico con el fin de crear un enfoque ambiental y un vínculo afectivo entre los niños y la naturaleza. De esta manera, la metodología empata con el propósito de la compañía que es cuidar la salud de las personas a través del cuidado del medio ambiente también mediante un proyecto educativo que produce cambios positivos para todos.
- Hace unos días celebraron la etapa de cosecha junto a un grupo de estudiantes en la Institución Educativa “Villa Clorinda” en Comas y “Monseñor Damaso Lebergere”, ¿Como les fue?
El proyecto empezó a implementarse a principios de abril de este año en esas dos escuelas, una en Comas y otra en Cerro de Pino. Estas instituciones entregaron espacios naturales para la creación de un jardín el cual será cuidado por los propios estudiantes, con el propósito de conectar con la naturaleza y convertirlos en agentes de cambio. Durante 6 meses, más de 700 niños, jóvenes y 34 maestros, se convirtieron en guardianes de estos espacios y los aprovecharon como si fuera su propio salón de clase donde pasaron 600 horas de clase al cuidado del jardín. En general, este proyecto a permitido que más de 290m sean convertidos en espacios naturales que beneficie a sus propias comunidades.
Otro punto importante fue la participación activa de los alumnos y sus padres, quienes mencionaron que muchos de ellos eran de provincias, algunos vivián en el campo y ya tenían un acercamiento previo a la tierra. Ese lazo lo han transmitido a sus hijos y por eso los niños se han involucrado bastante en el proyecto.
ANIA y nosotros seguiremos apoyando para que esto genere un efecto multiplicador en más colegios, la idea es que se continue creando un mundo mejor y enseñando a los niños a jugar, aprender y emprender cultivando plantas, cuidando árboles, expresando su arte y valorando su identidad.
- ¿Qué puede rescatar de este proyecto realizado recientemente?
Nosotros estamos felices de haber logrado el objetivo de incorporar a los alumnos en el trabajo de tener a la Madre Tierra como maestra y queremos continuar con esa metodología para forjar un bienestar para ellos, las comunidades y el medio ambiente.