Llegan las fiestas de fin de año y con ellas, la campaña navideña de ofertas, promociones especiales y facilidades de pago impulsadas por las tiendas y los grandes almacenes. Muchas personas entusiasmadas por adquirir regalos a buen precio terminan endeudándose más de la cuenta por comprar en forma compulsiva, sin darse cuenta de que pueden tener un problema de fondo.
La doctora Mary Castro, psicóloga de la Clínica Ricardo Palma, señala que ir de tiendas es una de las ‘terapias’ preferidas de muchos hombres y mujeres para controlar cuadros de estrés y ansiedad; sin embargo, cuando la persona compra en forma descontrolada puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza para la economía familiar y, en el peor de los casos, en una adicción llamada oniomanía.
Aquí radica la importancia de aprender a controlarse. La mayoría de las veces esta alteración del comportamiento encubre baja autoestima, inseguridad, inestabilidad emocional, falta de autocontrol, depresión y poca tolerancia a la frustración. La persona necesita adquirir algo para sentirse contenta, sin que le importe si esto le ocasionará problemas financieros o conflictos con sus seres queridos.
Para evitar compras por impulso es importante tener voluntad y diseñar un cuadro de necesidades, de esta manera, no gastará más de la cuenta. Cada vez que ingrese a una tienda tendrá un propósito. Para ello, delimite un presupuesto para regalos y reuniones sociales, no se extralimite por ninguna circunstancia, y reflexione sobre si las compras que piensa realizar son necesarias y útiles.
En caso tenga problemas para controlar su necesidad de comprar, busque ayuda profesional. Esto no solo perjudica su economía, sino también altera la armonía familiar. Muchas personas no tienen conciencia de que tienen este problema hasta que su economía resulta seriamente afectada y los problemas con sus seres queridos son constantes por sus gastos excesivos. No se deje llevar por los impulsos en estas fiestas y sea cauto.