Neuroeducación: Beneficios de generar emociones positivas en los estudiantes para mejorar su aprendizaje
Con el paso de los años se ha evidenciado como la parte emocional influye en el aprendizaje de los estudiantes, esto gracias a la neuroeducación, disciplina que ha permitido comprender cómo funciona el cerebro en relación con las emociones. Considerando que en el Perú existen más de 8 millones de niñas, niños y adolescentes en edad escolar, según Unicef, y la necesidad de mejorar la calidad educativa, es importante adaptar nuevos enfoques pedagógicos que incorporen la educación emocional en el aula.
“En el campo de la neuroeducación, la comprensión de las emociones desempeñan un papel crucial en el proceso de aprendizaje. Muchas investigaciones muestran que las emociones no solo son inseparables de la cognición, sino que también tienen un impacto directo en la memoria, la atención y la motivación de los estudiantes, por ello cuando los educadores reconocen y fomentan un ambiente emocionalmente positivo en el aula, se crea un contexto más propicio para el aprendizaje”, explica Hernán Ocampo, Director Fundador de la Escuela Pedagógica de Lima.
Cuando los estudiantes experimentan alegría, entusiasmo y confianza en el aula, su cerebro libera neurotransmisores como la dopamina, que mejoran la atención y la memoria. Esta química cerebral positiva les permite asimilar y retener información de manera más efectiva.
En esa línea, el especialista en neuroeducación, Hernán Ocampo, explica algunos de los beneficios que tiene aplicar la neuroeducación para generar emociones positivas que mejoren el aprendizaje de los estudiantes.
- Mayor retención de información: Las emociones positivas, como la alegría y la curiosidad, desencadenan la liberación de neurotransmisores beneficiosos, como la dopamina. Esto mejora la memoria y la capacidad de retener información, lo que facilita el aprendizaje a largo plazo.
- Fomenta la atención y motivación: Se puede motivar a los estudiantes, generando espacios de aprendizaje que involucren el juego y despierten su interés, y que se apoyen en las emociones positivas. Esto permitirá mantener la atención y motivarlos a participar activamente en el proceso de aprendizaje.
- Desarrolla la creatividad y pensamiento crítico: Generar emociones positivas ayuda a estimular la creatividad y el pensamiento crítico de los estudiantes. Los estudiantes se sienten más seguros para explorar nuevas ideas y enfoques, lo que enriquece su experiencia de aprendizaje.
- Genera la participación: Los estudiantes emocionalmente saludables participan de manera más activa en las actividades académicas y extracurriculares. El interés y la disposición que tienen los estudiantes por aprender permite que su aprendizaje sea más efectivo y dinámico.
“La generación de emociones positivas en el aula no solo se trata de lograr que los estudiantes se sientan bien; se trata de maximizar su potencial de aprendizaje. Cuando los educadores, desde los aportes de neuroeducación, cultivan un ambiente emocionalmente positivo, están brindando a los estudiantes una base sólida para el éxito académico y personal”, finaliza Hernán Ocampo, Director Fundador de la Escuela Pedagógica de Lima.