Diferencias entre un bloqueador solar y protector solar
La exposición a la luz solar a menudo resulta beneficiosa para el organismo, proporcionando energía, vitaminas y fortaleciendo el sistema inmunológico. No obstante, es crucial recordar que una exposición excesiva a los rayos UV puede dejar la piel vulnerable, conduciendo a problemas como arrugas y, en casos extremos, cáncer de piel.
Los beneficios de la exposición solar son diversos. Los rayos solares activan la vitamina D, esencial para la salud de nuestros huesos, aumentan los glóbulos blancos fortaleciendo nuestras defensas, mejoran los niveles de grasa en la sangre y dilatan las arterias, contribuyendo a una buena circulación. Además, la exposición solar favorece la producción de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, generando un impacto positivo en nuestro estado de ánimo.
Cuando se trata de cuidar la piel, los protectores y bloqueadores solares son aliados esenciales en la prevención de daños causados por los rayos UV. Es fundamental diferenciar entre ellos para una elección adecuada:
1. Propiedades:
– Los bloqueadores solares son espesos al tacto y generalmente de color blanco debido a ingredientes como óxido de zinc u óxido de titanio.
– Los protectores solares son transparentes e invisibles al aplicarlos, difuminándose más rápidamente.
2. Protección:
– Los bloqueadores protegen contra los rayos UVA y UVB.
– Los protectores ofrecen principalmente protección contra los rayos UVB; no obstante, no todos brindan protección contra la radiación UVA.
Es crucial que todas las personas, especialmente los niños, se protejan de los rayos UV. La Academia Americana de Dermatología recomienda un protector solar con un Factor de Protección Solar (FPS) de 30 o más para todos los niños, independientemente de su tono de piel. Aunque las personas de piel oscura tienen más melanina, lo que las protege, el bronceado sigue siendo un indicador de daño en la piel. Es imperativo que todos utilicemos protección solar.
Adicionalmente, los bebés menores de 6 meses no deben exponerse al sol directamente. Cuando los niños salgan al exterior, deben llevar ropa ligera que los cubra por completo, así como una gorra con visera. En casos inevitables, se puede aplicar una pequeña cantidad de protector solar en sus manos y cara.