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Alzheimer: ¿Es posible prevenirlo?
A medida que la población mundial envejece, la preocupación por esta condición sigue creciendo, llevando a muchos a preguntarse: ¿Se puede prevenir el Alzheimer?
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que se inicia con una leve pérdida de memoria o dificultad para seguir el curso de una conversación. Con el tiempo, el deterioro cognitivo avanza hacia áreas como el lenguaje, la capacidad de cálculo y la orientación, lo que afecta gravemente la capacidad de la persona para llevar a cabo sus actividades cotidianas.
A nivel mundial, la comunidad médica está trabajando intensamente para encontrar tratamientos más efectivos, con un enfoque particular en retrasar su aparición y frenar su progreso.
Factores de riesgo del Alzheimer
Aunque aún no se sabe con exactitud qué causa el Alzheimer, los estudios han identificado dos factores principales que aumentan el riesgo de desarrollarlo: la edad y la genética.
Edad como factor de riesgo: La probabilidad de padecer Alzheimer aumenta con la edad. Se estima que el 5% de las personas entre 65 y 74 años padecen la enfermedad, mientras que este porcentaje se eleva a casi el 50% en aquellos mayores de 85 años. La mayoría de los casos de Alzheimer se inician después de los 60 años, lo que se conoce como Alzheimer de inicio tardío.
Genética como factor de riesgo: Un tipo menos frecuente de Alzheimer, conocido como Alzheimer de inicio temprano, afecta a personas más jóvenes, generalmente antes de los 60 años. Aunque es raro, esta forma de la enfermedad suele estar relacionada con antecedentes familiares. Se denomina enfermedad de Alzheimer familiar (EAF) y representa menos del 5% de los casos.
Prevención del Alzheimer
Aunque no existe una estrategia comprobada para prevenir el Alzheimer, se ha demostrado que ciertos hábitos saludables pueden reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad. Los estudios indican que un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio físico, una dieta equilibrada y mantener el cerebro activo, puede ser clave para disminuir el riesgo de deterioro cognitivo.
El neurólogo de la Clínica San Felipe, Hugo Umeres, menciona algunos factores que contribuyen a la prevención:
- Ejercicio físico y mental: Mantenerse físicamente activo no solo mejora la salud general, sino que también puede tener beneficios cognitivos. El ejercicio puede ayudar a mejorar la agilidad mental y, para quienes ya padecen Alzheimer, mantener la fortaleza muscular y reducir la fragilidad. Además, ejercitar el cerebro mediante actividades como leer, aprender a tocar un instrumento musical o jugar ajedrez, puede proteger contra el deterioro cognitivo.
- Reducir el riesgo de traumatismos craneales: Las lesiones en la cabeza, como las que ocurren en deportes de contacto o actividades militares, pueden estar asociadas con un mayor riesgo de Alzheimer. El riesgo aumenta si las lesiones han involucrado pérdida de conciencia o si la persona ha sufrido múltiples golpes en la cabeza. Esto ha impulsado esfuerzos para mejorar la calidad de los cascos de protección y reducir las lesiones en deportes.
- Dormir lo suficiente y descansar bien: El sueño adecuado es esencial para la salud cognitiva. La falta de descanso o trastornos del sueño pueden contribuir al deterioro cognitivo y aumentar el riesgo de demencia. Es fundamental tener un sueño reparador para prevenir problemas neurológicos, como el Alzheimer.
- Evitar el aislamiento social: Mantener una vida social activa es crucial para prevenir el Alzheimer. El apoyo de amigos, familiares y profesionales de la salud es vital para evitar que las personas mayores se aíslen. Mantenerse conectado y participar en actividades sociales contribuye al bienestar mental y puede ser un factor protector frente al Alzheimer.
En resumen, aunque no existe una forma garantizada de prevenir el Alzheimer, llevar un estilo de vida saludable puede ser clave para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad. Mantenerse físicamente activo, cuidar la salud mental, evitar lesiones cerebrales y priorizar un buen descanso son prácticas que pueden ayudar a preservar la función cognitiva a lo largo del tiempo. Además, la detección temprana y el apoyo médico adecuado son fundamentales para manejar la enfermedad de manera efectiva. Mientras la investigación sigue avanzando, adoptar hábitos saludables y mantenerse informado sigue siendo uno de los mejores enfoques para proteger tu salud cerebral.