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«Frotarse los ojos en exceso puede causar queratocono: ¿cómo detectarlo y tratarlo?»
Detectar la enfermedad a tiempo es clave para frenar su avance y proteger tu visión. En etapas avanzadas, el trasplante de córnea puede ser la mejor opción para recuperar la calidad visual.
El queratocono es una enfermedad ocular progresiva que afecta la córnea, debilitándola y adelgazándola hasta adoptar una forma cónica e irregular. Esta deformación altera significativamente la calidad visual. Si bien su origen está relacionado con factores genéticos y ambientales, estudios recientes han demostrado que la frotación excesiva de los ojos desempeña un papel clave en su desarrollo y progresión.
Según la Academia Americana de Oftalmología, el queratocono suele manifestarse entre la adolescencia tardía y los primeros años de la adultez. Generalmente, afecta ambos ojos, aunque su evolución puede ser diferente en cada uno. Además, se estima que aproximadamente 1 de cada 10 personas con esta enfermedad tiene antecedentes familiares.
«La presión repetitiva sobre la córnea debido al frotamiento frecuente de los ojos debilita las fibras de colágeno que le proporcionan estabilidad, favoreciendo su adelgazamiento y la pérdida de colágeno corneal, lo que conduce a su deformación. Este hábito es común en personas con alergias oculares, ojo seco o fatiga visual, quienes buscan alivio frotándose los ojos sin ser conscientes del daño que puede causar a largo plazo», explica el Dr. Ricardo Torres, especialista en córnea y catarata de Oftálmica Clínica de la Visión.
Síntomas y señales de alerta del queratocono
El queratocono suele avanzar de forma progresiva y sus primeros signos pueden pasar desapercibidos. Presta atención si presentas:
- Visión borrosa y distorsionada, con dificultad para enfocar correctamente.
- Alta sensibilidad a la luz y deslumbramiento, acompañados de picazón constante en los ojos.
- Aumento rápido del astigmatismo y la miopía, con necesidad frecuente de cambiar la graduación de los lentes.
- Dificultad para ver claramente de noche o notar halos alrededor de las luces.
- Rechazo o intolerancia a los lentes de contacto, debido a la irregularidad de la córnea.
Señales de alerta para un diagnóstico temprano:
- Si tienes alergia ocular y frotas los ojos de manera constante sin alivio.
- Si tu oftalmólogo ha notado un aumento progresivo en tu graduación, especialmente en el astigmatismo.
- Si, a pesar de usar lentes o realizarte mediciones visuales, sigues sin lograr un enfoque nítido.
- Si te han indicado que no eres candidato para cirugía láser debido a córneas delgadas.
Diagnóstico y opciones de tratamiento
Si se sospecha de queratocono debido a los síntomas, el oftalmólogo solicitará estudios clave como la topografía corneal y la tomografía corneal (Pentacam). Estos exámenes analizan la curvatura y el grosor de la córnea en solo 15 segundos, permitiendo un diagnóstico preciso de forma rápida e indolora.
El tratamiento del queratocono dependerá de la etapa o grado de la enfermedad. En sus primeras fases, el uso de gafas o lentes de contacto especiales puede mejorar la visión. Sin embargo, cuando la deformación avanza, se requieren alternativas más especializadas, como:
- Lentes de contacto gas permeables o esclerales: Diseñados para mejorar la visión al proporcionar una superficie más regular a la córnea, aunque no son un tratamiento definitivo, sino un complemento.
- Crosslinking corneal (reticulación de colágeno corneal): Procedimiento que refuerza la estructura de la córnea mediante la aplicación de luz ultravioleta y riboflavina (vitamina B2). Este tratamiento ha demostrado científicamente su eficacia para frenar la progresión del adelgazamiento y la deformación corneal.
- Anillos intracorneales: En etapas más avanzadas, cuando la córnea ha adquirido una forma cónica pronunciada, se colocan implantes semicirculares para regularizar su curvatura y mejorar la calidad visual. Este procedimiento se realiza con láser de femtosegundo, lo que permite una intervención rápida y precisa.
¿Cuándo es necesario un trasplante de córnea?
En los casos más avanzados, cuando pese a todos los tratamientos mencionados no se logra controlar el queratocono, la córnea puede adelgazarse en exceso o desarrollar cicatrices que impiden la corrección visual con otros métodos. En estas situaciones, se recomienda un trasplante de córnea, que consiste en reemplazar el tejido afectado por una córnea sana de un donante, mejorando así la visión y la calidad de vida del paciente.
El diagnóstico temprano es clave para frenar la progresión del queratocono. Ante cualquier síntoma, se recomienda acudir a un oftalmólogo para una evaluación especializada y determinar el tratamiento más adecuado.
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