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Atragantamiento en menores, qué debo saber y cómo actuar
Si tienes niños a cargo o trabajas con menores, es común que se lleven objetos a la boca, sin embargo, muchas veces no somos conscientes de lo peligroso que puede llegar a ser si no estamos preparados para actuar ante una situación de atragantamiento. Janeth Huamán, directora de la Escuela de Salud del Instituto SISE, nos orienta sobre cómo actuar en caso de atragantamiento en menores, y la importancia de estar informados.
Cuando un niño se está ahogando o asfixiando significa que un objeto (generalmente un alimento o un juguete) se le ha quedado en la tráquea (la vía respiratoria) e impide que el aire vaya a los pulmones con normalidad. En la edad escolar, puede ocurrir por pequeños objetos como el tapón de un bolígrafo, piezas de juguetes, frutos secos, caramelo, entre otros.
El atragantamiento suele ocurrir de forma rápida e inesperada, creando mucha angustia. Es importante saber cómo actuar ante esta situación. Cuando el niño se atraganta, de forma instintiva suele llevarse ambas manos al cuello, con sensación de ahogo. Se sujeta la garganta, parece aterrado. Además, comienza con tos o con arcadas para intentar expulsar el cuerpo extraño. Tampoco puede hablar. En las formas más graves los labios y la cara se ponen morados y se pierde el conocimiento.
La mayoría de las veces el alimento u objeto solo bloquea la tráquea parcialmente y lo más probable es que sea expulsado tosiendo y la respiración se vuelva a restablecer. Algunas veces el objeto puede obstruir completamente la tráquea y no dejar el paso de aire. Entonces el cerebro deja de recibir oxígeno y la asfixia puede convertir- se en una emergencia que pondría en peligro la vida del niño. Una obstrucción completa de la vía aérea puede producir una parada cardiorrespiratoria.
¿Cómo puedo actuar?
- Es importante tratar de mantener la calma para poder actuar de forma adecuada.
- Si el niño tose, hay que dejarlo toser, animándolo a que siga haciéndolo. Probablemente el niño se encontrará bien después de un buen ataque de tos.
- No se le debe golpear la espalda ni intentar sacarle el cuerpo extraño de la boca a ciegas.
- Darle agua o migaja de pan no lo solucionará, porque la obstrucción está en la vía aérea.
- No deje al niño solo, e intente estar tranquilo hasta que termine el episodio.
- Si la tos es débil o tiene mucha dificultad para respirar hay que actuar. Lo primero es pedir ayuda llamando los teléfonos de emergencia, ambulancia, seguro de emergencias que tenga el colegio (central policial:105, bomberos:116. InfoSalud: 113).
- Si el niño está consciente y es menor de un año hay que mirar la boca.
- Si vemos el objeto lo sacaremos, pero con mucho cuidado de no empujarlo hacia adentro (haciendo un gancho con el dedo por la cara interna de la mejilla).
- Si no lo vemos o no podemos sacar lo hay que girar al niño y ponerlo sobre nuestras piernas con la cabeza algo más baja que el cuerpo y darle cinco golpes secos en la parte alta de la espalda, entre los omóplatos. Después le damos la vuelta y comprobamos si respira. Miramos la boca de nuevo y si no se ve nada y el niño no puede respirar hacemos cinco compresiones en el centro del pecho con dos dedos de la mano. El lugar donde se comprime es justo debajo de la línea imaginaria que une ambos pezones.
- “Si el niño es menor de un año: Dar cinco golpes en la espalda y, si no respira, cinco compresiones torácicas.”
- Si el niño está consciente y es mayor de un año, tras dar cinco golpes en la parte alta de la espalda, se hacen cinco compresiones en la boca del estómago, lo que se conoce como maniobra de Heimlich. Nos colocaremos detrás de él, con el niño de pie y rodeando su cintura con los brazos, colocaremos el puño de una mano en la zona del estómago que está entre el ombligo y el tórax. Cogeremos el puño con la otra mano y realizaremos una compresión fuerte hacia dentro y hacia arriba.
- Estos ciclos –observar la boca, cinco golpes en la espalda y compresiones torácicas o abdominales– deben repetirse tantas veces como sea necesario, hasta que el niño expulse el objeto, respire mejor o pierda la conciencia. Si el niño pierde el conocimiento hay que actuar como ante una parada cardiorrespiratoria.