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Cáncer Colorrectal: una afección con cada vez más incidencia en los adultos jóvenes
Se estima que un 4% de la población mundial tendrá cáncer colorrectal en algún momento de su vida. Y si bien la mayoría de los diagnósticos se presentan en adultos de 50 años o más, se observa un incremento progresivo de casos en adultos cada vez más jóvenes.
A nivel mundial, durante 2022 se diagnosticaron más de 1.9 millones de casos de cáncer de colon, siendo el tercer tipo de cáncer más frecuente y el segundo tipo de cáncer que provoca mayor mortalidad, con un promedio de 900.000 decesos al año. En Latinoamérica y el Caribe, esta enfermedad representa una incidencia del 9.4% y una mortalidad del 9.8%.
En las últimas décadas se han registrado aumentos en la cantidad de diagnósticos de esta enfermedad en menores de 50 años, con tasas de aumento de un 2,4% en promedio por año, desde 2012 hasta 2021.6 “Por lo que ya no se debe pensar que esta es una afección exclusiva de las personas mayores” explicó Ronald Vargas, Director Médico del Clúster Andino.
En este contexto, cada 31 de marzo se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Colon, para visibilizar esta enfermedad y fomentar hábitos saludables que ayuden a prevenirla, así como también para promover controles de salud regulares que garanticen su detección temprana y así contar con un mejor pronóstico.
Una enfermedad silenciosa
El cáncer de colon comienza con una proliferación de células que se forman en el interior del intestino grueso. Estos grupos de células son conocidas como pólipos y, si bien suelen ser benignos, pueden evolucionar de manera gradual si no se identifican y eliminan oportunamente.
Muchas personas con cáncer de colon no presentan síntomas al comienzo de la enfermedad. Asimismo, cuando se presentan los síntomas pueden variar: desde cambios en los hábitos intestinales (como diarrea o estreñimiento frecuentes), sangrado rectal, sangre en las heces y molestias en la zona abdominal (como calambres, gases o dolor), hasta debilidad o cansancio, pérdida de peso involuntaria, entre otros.
Habitualmente, estos indicios también pueden ser asociados a otras afecciones, como una infección, hemorroides, el síndrome de colon irritable o una enfermedad inflamatoria intestinal. Cuando la causa de los síntomas son producto de un cáncer de colon, su manifestación suele hacerse visible cuando el cáncer ya se ha propagado.
“Por estos motivos, decimos que el cáncer colorrectal es una enfermedad silenciosa. Hablar al respecto y darla a conocer es fundamental para que las personas estén más atentas y podamos mejorar los índices de prevención y detección temprana. Los controles de rutina y la consulta con el médico ante cualquier inquietud son fundamentales” agregó Ronald Vargas.
La importancia de la prevención y el diagnóstico temprano
Conocer los factores de riesgo es el primer gran paso para prevenir el cáncer colorrectal. Si bien la edad es uno de los principales (mayores de 50 tienen mayor probabilidad), la enfermedad puede aparecer a cualquier edad y, por ende, no debemos ignorar otros aspectos: el consumo de tabaco, el sedentarismo, tener antecedentes personales y familiares de pólipos o de un cáncer colorrectal previo, tener enfermedades inflamatorias intestinales (como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn) o llevar una dieta con alto contenido en grasas y baja en fibra. A su vez, algunas alteraciones genéticas aumentan la probabilidad de desarrollar cáncer de colon: los síndromes hereditarios más comunes son la “poliposis adenomatosa familiar” y el “síndrome de Lynch”.
Los buenos hábitos, como tener una alimentación sana y variada, realizar actividad física y limitar el consumo de tabaco y alcohol, pueden disminuir significativamente la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Asimismo, se recomienda que las personas que tienen conocimiento sobre un riesgo potencial de padecer cáncer colorrectal – como los antecedentes familiares – empiecen con exámenes de control antes de los 45 años. Mediante la detección temprana, el 90% de los pacientes con cáncer colorrectal pueden tener un buen pronóstico de la enfermedad.
“Debemos educar para evitar prejuicios o limitaciones sobre los estudios de rutina – como la colonoscopia o las pruebas en heces – para facilitar la detección temprana del cáncer colorrectal y permitir un tratamiento temprano y un impacto favorable en la mortalidad de esta enfermedad” detalló Vargas
Frente a un diagnóstico de cáncer colorrectal, ¿qué tener en cuenta?
Si se confirma un diagnóstico de cáncer colorrectal, el primer paso es entender qué tanto se ha propagado, es decir, averiguar la etapa de la enfermedad. Mediante el análisis de las capas de la pared del colon o del recto, se puede indicar cuánto creció o si se ha propagado y, en caso de ser así, entender si se extendió a órganos cercanos o más distantes.
“Contar con información clara es fundamental para entender cómo abordar el diagnóstico. Por eso, es importante construir un lazo de confianza con el médico tratante, conocer en qué etapa se encuentra la enfermedad y entender qué podría significar en cada caso” explicó Vargas y agregó: “Actualmente es importante consultar si el paciente es candidato elegible para realizar una prueba molecular del tumor, el resultado de esta prueba puede dar una tipificación de los tumores que amplía la información para definir un tratamiento más preciso para el paciente”12
Las pruebas de testeo molecular son una forma de identificar genes, proteínas y otras sustancias (llamadas biomarcadores o marcadores biológicos). Los biomarcadores son uno de los factores que hacen que el cáncer sea único en cada persona, por lo tanto, nos ofrecen información específica sobre la enfermedad en ese individuo en particular, así como también su capacidad de respuesta ante diferentes tratamientos.1
“La prevención siempre es la mejor medicina, pero si el diagnóstico ya está presente, la detección de biomarcadores puede ayudar al equipo médico a decidir qué medidas son más acertadas para ayudar a los pacientes a revertir el impacto de la enfermedad” concluyó Vargas.