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Día Mundial de la Tuberculosis: El rol del sector empresarial en la prevención de una epidemia silenciosa
Con 30,000 nuevos casos anuales, Perú es el país con la segunda tasa más alta de tuberculosis (TB) en América Latina, sólo por detrás de Haití.
Esta enfermedad, que afecta principalmente a poblaciones vulnerables, también representa un desafío en entornos laborales, donde la exposición prolongada en espacios cerrados y con poca ventilación aumenta el riesgo de contagio.
A nivel regional, mientras países como Chile, Uruguay y Argentina han logrado reducir la incidencia de TB a menos de 10 casos por cada 100,000 habitantes, en Perú la tasa es de 117 por cada 100,000. Además, el país enfrenta un alto número de casos de tuberculosis multirresistente, una variante que no responde a los tratamientos convencionales y que complica aún más su erradicación.
En el país, sectores como minería, construcción, manufactura y transporte presentan un mayor riesgo de contagio de tuberculosis debido a las condiciones laborales, como espacios cerrados con poca ventilación y largas jornadas en contacto cercano entre trabajadores. La medicina ocupacional es clave para prevenir y controlar la enfermedad en estos entornos.
«En Perú, al menos el 15% de los casos de tuberculosis diagnosticados corresponden a trabajadores de sectores con alta exposición, lo que demuestra que el entorno laboral es un factor clave en la transmisión de la enfermedad. Si no se implementan estrategias de prevención efectivas, la TB seguirá afectando la salud de los trabajadores y generando pérdidas económicas por el ausentismo y los tratamientos prolongados», advierte la Dra. Patricia Asmat, Médico Ocupacional Corporativo de Aptus Salud Empresarial.
En esa línea, Asmat junto al equipo de Aptus proponen tres medidas efectivas que el sector corporativo puede implementar:
- Exámenes médicos ocupacionales y tamizajes para el descarte de TB periódicos, especialmente en industrias con alta exposición. En Perú, las evaluaciones médicas ocupacionales pueden detectar casos tempranos y evitar brotes dentro del entorno laboral.
- Mejoras en ventilación y reducción del hacinamiento en espacios de trabajo como túneles mineros, fábricas y almacenes. La tuberculosis se transmite por el aire, por lo que mantener ambientes con buena circulación de aire disminuye el riesgo de contagio.
- Capacitaciones y campañas de sensibilización para que los trabajadores reconozcan síntomas como tos persistente y fiebre, y busquen atención médica a tiempo. En sectores con alta rotación de personal, la educación sobre la tuberculosis es fundamental.
«Las empresas deben ver la prevención de la tuberculosis no solo como una obligación de cumplimiento normativo, sino como una inversión en la salud y productividad de sus trabajadores. Un diagnóstico tardío no sólo pone en riesgo a otros empleados, sino que también puede significar un largo periodo de incapacidad laboral por tratamiento. Implementar controles médicos, mejorar la ventilación y educar a los trabajadores puede marcar la diferencia en la reducción de casos», enfatiza Asmat.
A pesar de los esfuerzos del Ministerio de Salud, la lucha contra la tuberculosis requiere un enfoque integral que involucre tanto al sector público como al privado, el llamado es claro, Jose Antonio Martínez, gerente general de Aptus, invita a que “las empresas tienen la oportunidad de liderar la prevención y proteger la salud de miles de trabajadores en el país”.