
Día mundial del cerdo: la importancia de la bioseguridad en las granjas porcinas
En marzo, el mundo celebra el Día Mundial del Cerdo, una fecha que reconoce a una de las especies más importantes para la alimentación global. La proteína de esta especie, reconocida por su alto valor nutricional y sus múltiples beneficios para la alimentación humana, es una de las más consumidas a nivel mundial.
Garantizar la bioseguridad en las granjas porcinas, especialmente en aquellas que han incorporado procesos de tecnificación, significa implementar medidas que protejan la salud de los animales, eviten enfermedades y potencien los beneficios de la carne de cerdo para el ser humano, asegurando así una producción sostenible, carne de calidad y garantía. Esto implica controlar el acceso a las instalaciones, mantener protocolos de higiene rigurosos, aplicar esquemas de vacunación innovadora y manejar adecuadamente los residuos para reducir riesgos sanitarios.
«El bienestar de los cerdos depende de la implementación de medidas de bioseguridad en las granjas tecnificadas, lo que permite prevenir enfermedades, reducir el uso de antibióticos y optimizar la producción. Estas acciones aseguran una crianza más eficiente y sostenible, ofreciendo carne de alta calidad para las familias peruanas», comenta Ana María Trelles, gerente general de la Asociación Peruana de Porcicultores (ASOPORCI).
● Las granjas porcinas deben seguir ciertas medidas de bioseguridad. Estas son algunas de las más importantes: Control del acceso a las granjas tecnificadas: Estas instalaciones están diseñadas para optimizar la producción porcina mediante infraestructura moderna y estrictos protocolos de sanidad. Es fundamental restringir la entrada de personas y vehículos no autorizados, ya que esto minimiza el riesgo de introducir patógenos que puedan comprometer la salud de los animales y la eficiencia del proceso productivo.
● Protocolos de higiene: La limpieza y desinfección minuciosa de instalaciones, el uso de productos adecuados y la correcta diferenciación entre zonas sucias y limpias son esenciales para mantener un entorno sanitario seguro en las granjas porcinas. La elección de desinfectantes efectivos resistentes a la materia orgánica garantiza una mayor eficacia en la eliminación de patógenos. Además, la implementación de protocolos en vestuarios, la cloración del agua y la desinfección de equipos contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades, optimizando la productividad y disminuyendo costos en medicación.
● Vacunación y monitoreo de la salud animal: Mantener un esquema de vacunación actualizado y realizar chequeos veterinarios constantes contribuye a prevenir y detectar a tiempo enfermedades. Además, es fundamental realizar muestreos periódicos de piel y heces para el control preventivo de parásitos externos e internos. Estas prácticas son esenciales para garantizar la salud del animal y evitar brotes sanitarios que puedan afectar la producción.
● Manejo adecuado de residuos: Implementar sistemas de eliminación segura de desechos y aguas residuales es clave para evitar la propagación de agentes infecciosos. Se recomienda seguir prácticas específicas para la eliminación de residuos, incluyendo la correcta disposición de cadáveres. Es fundamental almacenar los cadáveres en un área aislada y limpiar exhaustivamente la zona de almacenamiento tras la recolección para minimizar riesgos sanitarios.
● Control del origen de los animales: Es fundamental garantizar que los cerdos provengan de fuentes certificadas y con protocolos sanitarios adecuados para prevenir la introducción de enfermedades en la granja. Se recomienda seleccionar cuidadosamente los animales, asegurando que procedan de establecimientos con igual o superior nivel sanitario, y respetar los periodos de cuarentena antes de su integración al hato principal.
Garantizar la bioseguridad en la producción porcina es clave para proteger la salud de los animales y fortalecer la confianza del consumidor en la calidad de la carne de cerdo. Un enfoque preventivo permite reducir riesgos sanitarios, mejorar la eficiencia en la crianza y asegurar un abastecimiento sostenible para el mercado.
«Cada productor juega un papel fundamental en la sanidad y sostenibilidad del sector. Implementar medidas de bioseguridad no solo protege la salud de los animales, sino que también refuerza la confianza de los consumidores en la calidad y garantía de la carne de cerdo», destacó Ana María Trelles, gerente general de la Asociación Peruana de Porcicultores (ASOPORCI).