«Dime en qué trabajas y te diré de qué padeces»: los retos para mejorar la salud laboral
En una época donde más de dos millones de trabajadores mueren a causa de sus labores, crear entornos saludables tanto físicos como psicológicos es un compromiso de las empresas.
Según un reciente informe de la OIT, divulgado en 2023, cerca de 2,6 millones de trabajadores mueren cada año por enfermedades relacionadas con su trabajo; neoplasias malignas, enfermedades circulatorias, musculoesqueléticas y respiratorias, son las más usuales.
De ahí que la medicina del trabajo haya evolucionado para aliviar nuevos puntos de atención en materia de salud física y mental del trabajador actual. La sociedad ha tomado conciencia y las empresas han ido reaccionando. Así lo explica el Dr. Juan José Agún González, experto en medicina clínica y prevención en riesgos laborales, docente de la Maestría Oficial en Prevención de Riesgos Laborales de la Universidad Internacional de Valencia – VIU, perteneciente a Planeta Formación y Universidades.
«Las empresas han comenzado a implementar programas de bienestar psicológico, ofreciendo apoyo y recursos para el manejo del estrés, la ansiedad y otros problemas relacionados», explica el experto. «Este enfoque holístico incluye la promoción de un equilibrio entre la vida laboral y personal, políticas de flexibilidad laboral y la creación de un entorno de trabajo inclusivo y respetuoso».
Factores de estrés laboral en las empresas
El estrés en el trabajo se ha convertido en la sombrilla bajo la que se agrupan una cantidad de respuestas físicas de los empleados ante la sobrecarga laboral, detonada por la insuficiencia de recursos de las empresas.
Algunas de las fuentes principales de estrés laboral actualmente, según el experto de la Universidad Internacional de Valencia, son:
- Carga de trabajo excesiva: Tareas abrumadoras y plazos ajustados pueden causar un estrés significativo.
- Falta de control: Sensación de no tener control sobre las tareas o decisiones laborales.
- Ambigüedad de rol: Incerteza sobre las expectativas y responsabilidades del puesto.
- Conflictos interpersonales: Problemas de relación con compañeros o superiores.
- Inseguridad laboral: Temor a perder el empleo o inestabilidad en el puesto.
- Falta de reconocimiento: Sensación de que el esfuerzo y el trabajo no son apreciados.
- Condiciones físicas del trabajo: Entornos de trabajo incómodos o peligrosos.
- Conciliación trabajo-vida personal: Dificultad para equilibrar las responsabilidades laborales y personales.
Estos estresores deben estar en la mira de las empresas actuales. La manera como se aborden cada uno de ellos puede incidir, incluso, tanto positiva como negativamente, en los objetivos y resultados que busca una organización.
Psicosociología y ergonomía, soluciones para mejorar la salud en el trabajo
La salud mental es uno de los puntos más importantes donde las empresas deben concentrar sus esfuerzos para brindar bienestar a sus empleados, y son los factores psicosociales negativos los que deben revisarse con ayuda de la psicología organizacional y la salud ocupacional.
«Las estrategias efectivas parten de una correcta evaluación del estrés laboral, una intervención en el lugar de trabajo, por ejemplo, rediseñando el trabajo e incrementando la autonomía para lograr un mayor control sobre sus tareas», explica el experto y docente de VIU. «La capacitación y desarrollo profesional son parte de esta estrategia, así como la promoción de la salud mental y el apoyo de la empresa».
Por otro lado, la ergonomía también ocupa un lugar importante en la salud del trabajador. Saber adaptar las condiciones del espacio de trabajo a las capacidades y limitaciones del empleado es determinante para un buen entorno laboral y repercute en beneficios para la misma empresa.
«Al diseñar herramientas, equipos y espacios de trabajo que se alineen con la anatomía humana, se minimizan los riesgos de lesiones musculoesqueléticas, como dolores de espalda, síndrome del túnel carpiano y lesiones por movimientos repetitivos», detalla el Dr. Juan José Agún González. «La ergonomía también contribuye a reducir la fatiga y aumentar la productividad, creando un entorno de trabajo más seguro y eficiente».
Incluso se deben tener en cuenta las diferencias antropométricas, fisiológicas y biomecánicas entre hombres y mujeres, para también brindar un espacio equitativo para el buen desempeño.
Estos no son más que algunos de los compromisos inapelables del presente laboral. La cultura del bienestar es algo que se debe promover, donde se prioricen ambientes positivos, respetuosos y saludables.