Epidemia silenciosa: pérdida de masa ósea causa osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad esquelética en la que se produce un desajuste entre la formación y destrucción del hueso, a favor de esta última, con una disminución de la densidad de masa ósea. Así, los huesos se vuelven más porosos y más frágiles.
¿Cuáles son las causas de la osteoporosis?
Las causas de la osteoporosis se deben a que en el interior del hueso se producen durante toda la vida numerosos cambios metabólicos, alternando fases de destrucción y formación de hueso. Estas fases están reguladas por distintas hormonas, la actividad física, la dieta, los hábitos tóxicos y la vitamina D, entre otros factores.
En condiciones normales, una persona alcanza a los 30-35 años una cantidad máxima de masa ósea. A partir de ese momento, existe una pérdida natural de masa ósea.
Las mujeres tienen más frecuentemente osteoporosis porque su pico de masa ósea (cantidad total del hueso) suele ser inferior al del varón y con la menopausia se acelera la pérdida de hueso (osteoporosis posmenopáusica). En el Perú la incidencia de osteoporosis es de 179 a 100,000 mujeres, según datos publicados por la sociedad Peruana de Osteoporosis, y se estima que el 50% de las personas mayores de 50 años padecen de osteoporosis, pero sólo el 20% está en tratamiento. Existen muchas otras causas de osteoporosis: alcoholismo, enfermedades inflamatorias reumáticas, endocrinas, hepáticas, insuficiencia renal, entre otras.
Síntomas
Durante años se ha conocido a la osteoporosis como la «epidemia silenciosa« debido a que esta patología no produce síntomas, aunque el dolor aparece cuando surge la fractura.
Los especialistas señalan que algunas fracturas vertebrales pueden pasar desapercibidas puesto que no se producen síntomas. En estos casos se pierde la oportunidad de frenar la pérdida de masa ósea y reducir el riesgo de nuevas fracturas.
Las fracturas más comunes en la osteoporosis son las del fémur proximal, húmero, vértebras y antebrazo distal (muñeca).
Fractura vertebral
En estos casos el paciente presenta un dolor agudo muy intenso que aparece cuando hace esfuerzos leves, como la carga moderada de peso, o un ligero traumatismo.
El paciente tendrá una contractura que le impedirá realizar maniobras de flexión y/rotación de la columna. La crisis suele durar de dos a tres semanas y la intensidad del dolor irá disminuyendo de forma progresiva en los tres meses siguientes; la remisión puede ser total o parcial.
Otro síntoma de esta fractura es un dolor sordo, profundo y localizado en las fosas ilíacas y en los flancos, como consecuencia del roce de la arcada costal con la pelvis. Esta posibilidad ayuda a descartar las exploraciones para buscar la existencia de alguna patología intestinal o renal.
Nutrición idónea para la salud ósea. Se requiere una ingesta adecuada de proteínas para la salud ósea pero también para mantener la masa muscular, que es un factor importante en la prevención del riesgo de caídas. Adicionalmente se recomienda una dieta sana con frutas y vegetales que son fuentes de vitamina K (hortalizas de hoja verde, verduras como el brócoli y frutas como el kiwi) y magnesio (hortalizas de hoja verde, semillas de calabaza y lino, almendras). La dieta también debería proporcionar zinc y especialmente vitamina B.
Practicar ejercicio físico en el que el paciente no tenga que soportar peso corporal. Algunos estudios recientes han demostrado que los ejercicios en los que es necesario que los músculos muevan los huesos mantienen e incluso pueden aumentar la densidad ósea.