¿Vives en un departamento pequeño? 5 recomendaciones para obtener un

¿Estás realmente descansando? Aprende cómo mejorar tu sueño
Los hábitos son el primer paso hacia un mejor descanso y, por ende, un mejor estilo de vida.
Si durante el día sientes cansancio, irritabilidad o sueño constante, es momento de analizar si realmente estás descansando bien. Pregúntate: ¿Duermo entre 7 y 8 horas? ¿Mi sueño es continuo o se interrumpe con frecuencia? ¿Realmente descanso y me recupero?
Pamela Vives Ovalle, coordinadora de Psicología de Modo USIL de la Universidad San Ignacio de Loyola, advierte que no dormir bien afecta la salud física y emocional. “La falta de descanso puede deteriorar las funciones cognitivas, reduciendo la memoria, la concentración y la capacidad para resolver problemas, lo que disminuye el rendimiento en el trabajo, los estudios y otras actividades diarias.”
Ante esta situación, resulta clave adoptar una adecuada higiene del sueño, que consiste en implementar hábitos y medidas específicas que facilitan un descanso profundo y ayudan a solucionar problemas frecuentes relacionados con el insomnio, los despertares nocturnos o la dificultad para relajarse.
Entre los principales hábitos y técnicas recomendados por la experta están:
- Crear una rutina nocturna: Establecer horarios regulares ayuda al cuerpo a adaptarse para lograr un sueño de calidad. Se puede iniciar dedicando una rutina de preparación al menos 30 minutos antes de acostarse.
- Reducir el uso de pantallas: Evitar la televisión y el celular al menos una hora antes de dormir. Si no estás acostumbrado, comienza con pequeños periodos y ve aumentando progresivamente, reemplazando las pantallas por ejercicios de respiración o relajación.
- Preparar el dormitorio con condiciones adecuadas: Factores como la luz, el ruido y la temperatura juegan un rol importante en la calidad del sueño. Mantener la habitación oscura, favorece la producción de melatonina, hormona fundamental en la regulación del ciclo sueño-vigilia. Además, reducir ruidos, regular la temperatura y garantizar una buena ventilación contribuyen a un descanso adecuado.
- Incluir en su rutina diaria actividades físicas: Se ha demostrado que el ejercicio mejora la calidad del sueño; sin embargo, es recomendable practicarlo por la mañana o al menos tres horas antes de acostarse, ya que, en lugar de relajar, estimula la actividad del cuerpo.
- Evitar sustancias estimulantes y cenas pesadas: Ingerir café o bebidas energéticas pueden mantener al cerebro alerta y dificultar que el cuerpo entre en reposo. Asimismo, consumir cenas pesadas o muy abundantes poco antes de dormir puede causar molestias digestivas, acidez o sensación de pesadez, afectando la calidad del sueño y provocando despertares frecuentes.
Aplicar estas recomendaciones puede marcar una gran diferencia no solo en tu descanso, sino también en tu bienestar integral.