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Estudio de Cleveland Clinic demuestra que la cirugía bariátrica supera a los medicamentos GLP-1 para la diabetes en la protección renal
La cirugía bariátrica demostró proteger la función renal y reducir el riesgo de insuficiencia renal en los participantes del estudio en comparación con los medicamentos GLP-1.
Un estudio de Cleveland Clinic reveló que en pacientes con diabetes tipo 2, obesidad y enfermedad renal crónica, la cirugía bariátrica se asoció con una disminución significativa en la progresión de la enfermedad renal crónica en comparación con aquellos que recibieron medicamentos GLP-1 para la diabetes. El artículo fue publicado en Annals of Surgery.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se estima que más de 1 de cada 7 adultos en los Estados Unidos padece una enfermedad renal crónica, condición que puede llevar a la insuficiencia renal. La enfermedad renal crónica es una afección prolongada de los riñones que compromete su capacidad para filtrar los desechos de la sangre. A medida que los riñones empiezan a fallar, estos desechos se acumulan en el organismo. En algunos casos, los pacientes requieren diálisis, un procedimiento que filtra la sangre a través de una máquina.
Ali Aminian, M.D., autor principal del estudio citado y director del Instituto de Cirugía Bariátrica y Metabólica de Cleveland Clinic, afirmó: “Nuestro estudio muestra que la cirugía bariátrica puede proteger los riñones y prevenir el empeoramiento de la función renal. En pacientes con obesidad y diabetes tipo 2 que ya tienen una enfermedad renal crónica establecida, la cirugía bariátrica puede cambiar la trayectoria de la enfermedad”.
El estudio incluyó a 425 pacientes adultos (entre 18 y 75 años) con diabetes tipo 2, obesidad y enfermedad renal crónica en etapas 3 o 4. De los participantes, 183 se sometieron a cirugía bariátrica, mientras que 242 fueron tratados con medicamentos agonistas del receptor GLP-1.
Los pacientes del estudio se sometieron a cirugía bariátrica entre los años 2010 y 2017, o recibieron continuamente medicamentos GLP-1 aprobados por la FDA y disponibles durante el periodo que duró la investigación. En el grupo no quirúrgico, los medicamentos GLP-1 más comunes fueron liraglutida y exenatida. Durante el seguimiento, el 20% de los pacientes del grupo no quirúrgico recibió nuevos medicamentos GLP-1 como semaglutida (Ozempic) o tirzepatida (Mounjaro) en algún momento.
Los investigadores descubrieron que la cirugía bariátrica podía proteger la función renal y reducir el riesgo de insuficiencia renal o muerte en los pacientes. En concreto, los hallazgos mostraron que la cirugía bariátrica se asoció con un 60% menos de riesgo de progresión de la enfermedad renal y un 44% menos de riesgo de desarrollar insuficiencia renal o morir, en comparación con el grupo no quirúrgico.
Durante los ocho años que duró el estudio, también se descubrió que el 22% de los participantes del grupo quirúrgico experimentaron progresión de la enfermedad renal, en comparación con el 45% del grupo no quirúrgico. Además, el 24% del grupo quirúrgico desarrolló insuficiencia renal o falleció en el periodo de siete años del estudio, frente al 44% del otro grupo.
Los participantes que se sometieron a cirugía bariátrica experimentaron mayor pérdida de peso y mejor control de su diabetes. También requirieron menos medicamentos para controlar su diabetes, hipertensión y colesterol alto.
“A pesar de sus beneficios protectores para los riñones, la cirugía bariátrica está infrautilizada en la práctica clínica”, señaló el Dr. Aminian. “En las guías actuales de manejo de la enfermedad renal crónica, aunque se recomienda mantener un peso saludable mediante cambios en el estilo de vida, no se ha considerado la opción de esta cirugía”.
Jonathan Taliercio, D.O., nefrólogo en Cleveland Clinic y coautor del estudio, agregó: “Estas cifras son prometedoras y muestran que la cirugía bariátrica debería considerarse como una opción de tratamiento para pacientes con enfermedad renal crónica y obesidad”.
El Dr. Aminian señaló que los medicamentos agonistas del receptor GLP-1 están evolucionando rápidamente, y el papel que desempeñan en combinación con la cirugía bariátrica requiere más investigación.