Estudio excesivo y estrés: ¿cómo afectan a la salud mental de los jóvenes?
Para la especialista, al fomentarse un entorno que priorice el bienestar emocional, los estudiantes no solo lograrán un mejor rendimiento académico, sino que también estarán mejor preparados para enfrentar los desafíos futuros.
La preocupación por el rendimiento académico a menudo genera en los jóvenes una carga emocional significativa que afecta su bienestar diario, sumado a otros problemas familiares o emocionales. Según el Minsa, más de 11 mil jóvenes peruanos experimentan ansiedad o estrés postraumático.
Para Taniht Cubas, directora de la Carrera de Psicología de la Universidad Autónoma del Perú, la competitividad, la carga de trabajo y la presión por cumplir con las expectativas familiares y sociales han convertido la vida universitaria en un reto para la estabilidad mental de los jóvenes. Esto es relevante si se tiene en cuenta que los universitarios pasan alrededor de más de 17 horas preparándose y estudiando semanalmente, según la Encuesta Nacional de Compromiso Estudiantil de Estados Unidos.
“Este fenómeno no solo impacta el rendimiento académico, sino que también deteriora la calidad de vida de los estudiantes. Por ello, desde las universidades, debemos gestionar actividades y espacios que fomenten un entorno saludable; por ejemplo, contar con gimnasios, áreas verdes y espacios recreativos, como lo venimos haciendo en la Autónoma. Esto se traducirá en un mejor rendimiento académico y, en última instancia, en un futuro profesional más exitoso”, señala.
La especialista hace hincapié en que los jóvenes comprendan que su valor no se mide únicamente por sus calificaciones, sino también por su salud emocional. Para ella, la falta de un enfoque integral en la educación puede desencadenar un ciclo perjudicial de agotamiento y disminución del rendimiento, lo que genera un ambiente tóxico que dificulta el aprendizaje.
“Para ayudar a los jóvenes en su trayectoria académica, es importante crear un ambiente donde se sientan cómodos para compartir sus inquietudes. Escuchar sus preocupaciones y brindarles recursos como asesoramiento emocional y espacios dedicados a la relajación puede tener un impacto significativo. También es valioso motivarlos a establecer un equilibrio entre el estudio y el tiempo personal”, enfatiza.
Cubas concluye que, al fomentar un entorno que priorice el bienestar emocional, los estudiantes no solo lograrán un mejor rendimiento académico, sino que también estarán mejor preparados para enfrentar los desafíos futuros.