La docencia es la única profesión que crea otras profesiones
¿Dónde aprendemos lo que necesitamos para desenvolvernos en un mundo cambiante e incierto? ¿Cómo tienen que enseñar hoy los docentes para que sus estudiantes tengan más y mejores oportunidades en el futuro? El problema radica en que cada vez menos personas eligen la docencia como profesión. ¿Por qué?
Por Christian Delacruz, Co-Founder de Enki.
Un informe global de Manpower proyecta que el 85% de los trabajos que existirán en el 2030 aún no han sido creados. Este es uno de los tantos indicadores que ponen en evidencia el impacto que tienen las tecnologías digitales en todos los aspectos de la vida cotidiana, la economía, la educación y la industria en todo el mundo.
Lejos de plantear soluciones inmediatas, Paulo Freire afirmaba: “La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”. En esta misma línea, tenemos la convicción de que la clave para transformar la educación en América Latina radica en trabajar codo a codo con quienes educan: la docencia es la única profesión que crea otras profesiones.
En la era de la inteligencia artificial, en la que cada vez tenemos más herramientas a nuestro alcance, es clave que los y las docentes que trabajan a diario en diferentes espacios, niveles y contextos educativos tengan la oportunidad de innovar en sus prácticas de enseñanza y de emprender con tecnología para transformar la realidad de su comunidad. Por esa razón, consideramos que todo proceso de cambio debe partir de conocer su experiencia y reconocer el rol que cumplen a diario.
Para lograrlo, debemos enfrentar importantes desafíos. La UNESCO señaló que en América Latina se van a necesitar 3,2 millones de educadores para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030. Sin embargo, cada vez menos personas eligen la docencia como profesión. ¿Por qué sucede esto?
Ser profesional de la educación en la actualidad implica embarcarse en condiciones laborales con una alta tasa de precarización y bajos salarios, más allá de que sigue siendo una ocupación que brinda cierta estabilidad laboral. Por otra parte, hoy es mayormente elegida por estudiantes que, en promedio, tienen un menor rendimiento académico y eso genera que haya una escasa valoración de sus profesionales.
También se trata de un rol que ha sido ocupado principalmente por mujeres. Actualmente el 73% de los docentes de la región son mujeres. Si bien la docencia ha sido una ocupación clave para su inserción laboral y su desarrollo profesional, también es fundamental ampliar el espectro de actividades en las que las mujeres puedan ocupar lugares de liderazgo y que haya cada vez más personas que quieran dedicarse al oficio de enseñar.
Estos desafíos que se advierten en el presente y futuro del ámbito docente, nos llevaron a trabajar por la transformación de la educación en América Latina. Nuestra forma de pensar ese cambio no es sólo intervenir en lo inmediato, sino pensar en el mediano y el largo plazo. Es por ello que tenemos la certeza de que hay que trabajar en la formación docente, promoviendo el uso de tecnologías digitales y desarrollando nuevas metodologías de enseñanza que impacten positivamente en los aprendizajes de las nuevas generaciones.
Estamos convencidos de que quienes educan son agentes de cambio para alcanzar una educación de calidad que, impulsada por el uso de tecnologías, permita a las personas emprender y desarrollar todo su potencial para construir un futuro con más y mejores oportunidades para todos.