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¿Qué es la depresión sonriente?
Aunque no es un diagnóstico médico oficial, se utiliza el término de depresión sonriente para describir a personas que aparentan ser felices frente a los demás, pero en realidad están lidiando con una fuerte depresión. La situación es sumamente engañosa; ya que el individuo oculta sus sentimientos tras una fachada de alegría que solo es una actuación para encubrir la verdad, según explica la psicóloga Alexandra Sabal, de la Clínica Ricardo Palma.
Este comportamiento puede producirse por diversos motivos. Por ejemplo, no querer preocupar a la familia, miedo a ser juzgado, temor a espantar a la pareja, pánico a perder el trabajo, etc. A diferencia de otros tipos de depresión, ésta es muy peligrosa porque no solo resulta difícil de detectar, la mayoría de las veces la persona no recibe tratamiento en forma oportuna, se aísla y autoengaña mientras su condición va empeorando y hasta pueden invadirle pensamientos y comportamientos suicidas.
Los síntomas de la depresión sonriente varían de una persona a otra; sin embargo, se caracteriza por sonrisas falsas, aislamiento social, pérdida o aumento de apetito, fatiga permanente, insomnio, sueño excesivo, sentimientos de tristeza, culpa, ansiedad, emociones negativas, falta de interés en actividades que antes consideraba placenteras, bajo rendimiento académico o laboral, pensamientos o comentarios sobre la muerte.
¿Cómo es el proceso de recuperación?
El tratamiento se aborda como cualquier otra depresión. Algunas estrategias comunes son: Terapia cognitivo conductual para explorar y comprender los pensamientos y sentimientos del paciente, a fin de desarrollar estrategias para manejar sus emociones de manera saludable, medicamentos, apoyo de amigos y familiares, educación para aprender qué es la depresión, síntomas y cómo afecta al cuerpo y la mente. Además, de establecimiento de metas realistas para que la persona recupere el sentido de control sobre su vida, hábitos de autocuidado y monitoreo continuo de un profesional de la salud mental.
La psicóloga advierte que si la persona no recibe terapia los síntomas de tristeza, desesperanza, ansiedad y fatiga pueden empeorar, además de presentar un deterioro de calidad de vida en término de relaciones familiares, sociales y sentimentales, bajo rendimiento académico y laboral, mayor riesgo de suicidio y de desarrollar problemas de salud física como trastornos del sueño, afecciones cardíacas, enfermedades metabólicas, entre otras.
Si está luchando contra la depresión, busque ayuda profesional. Los especialistas en salud mental lo pueden ayudar a superar esta condición.