En toda organización, cuando hay un cambio de líder es esencial llevar un proceso ordenado de traspaso, lo que puede llegar a representar un gran reto. En el caso de las empresas familiares, se da mediante el proceso de sucesión, que consiste en la planificación para ceder la dirección a otro familiar o un tercero y así lograr una transición ordenada.
Para Pablo Montalbetti, decano de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), “una planificación ordenada en el proceso de sucesión permite que quien asuma el cargo pueda tener un aprendizaje directo de factores como la transmisión de la cultura familiar, el manejo de prioridades, el proceso de toma de decisiones, la aversión al riesgo, el tratamiento y beneficios de familiares en la empresa, entre otros”.
En este sentido, el especialista, quien afirma que este proceso se podría realizar en un año, brinda las siguientes recomendaciones para hacerlo de manera correcta:
Ser riguroso. Al momento de realizar la evaluación es importante tener en cuenta diversos factores como la preparación académica, el conocimiento del negocio, el liderazgo y la empatía con la familia y la dedicación exclusiva.
Elegir a una persona de confianza. Quien asuma el cargo debe ser transparente en el manejo de la empresa y transferir toda la información oportuna y relevante a los accionistas.
Contar con el apoyo de terceros. Esto puede ser de ayuda al momento de la transición, ya que brinda objetividad en el proceso de definición e implementación de la sucesión. El tercero puede desarrollar un protocolo familiar para ello.
Apoyar al nuevo líder. Es importante tener tolerancia con la nueva persona que asuma el puesto, darle tiempo y confianza. En diversas ocasiones se realizan comparaciones con el líder anterior y esto es algo que se debe evitar.
Tener buena comunicación. Cuando el nuevo líder inicia en el cargo es importante comunicarlo oportunamente a toda la organización, así como facilitar los nexos para que exista un flujo de información eficiente entre el líder y los colaboradores.
Finalmente, el decano de la Facultad de Administración y Negocios de la UTP afirma que “el sucesor no necesariamente debe ser el hermano mayor, sino el miembro de la familia más preparado. En el caso de que ninguno cumpliera con los requisitos necesarios, puede ser un tercero quien asuma la presidencia del directorio”.