
Responsabilidad en casa, compromiso con la sociedad: cómo asignar tareas del hogar forma ciudadanos del futuro
En un contexto donde los valores como la responsabilidad, el compromiso y el respeto están cada vez más ausentes en la sociedad, diversos especialistas en educación y psicología familiar coinciden en que involucrar a los niños y adolescentes en las tareas del hogar no solo es necesario, sino fundamental para su desarrollo.
Desde recoger su cuarto, poner la mesa o ayudar con el aseo, estas tareas cotidianas permiten a los menores comprender el valor del esfuerzo, la importancia del trabajo en equipo y la solidaridad con la familia. Según la psicóloga infantil Carmen Ríos, “los niños a quienes se les asignan responsabilidades desde pequeños desarrollan mejores habilidades sociales, mayor autonomía y empatía con los demás”.
Lejos de ser un castigo, cumplir con ciertas obligaciones domésticas prepara a los hijos para la vida real. “Hoy vemos a jóvenes que no saben lavar su ropa o cocinar lo básico porque se les ha sobreprotegido”, alerta Ríos.
¿Desde qué edad empezar?
Especialistas recomiendan iniciar desde los 3 o 4 años con tareas simples como guardar sus juguetes o poner su ropa sucia en el cesto. A medida que crecen, se puede ir aumentando la complejidad de sus responsabilidades, siempre de acuerdo con su edad y capacidades.
Beneficios comprobados
Estudios de la Universidad de Harvard han demostrado que los niños que realizan tareas domésticas tienden a tener mayor éxito académico y laboral en el futuro. También presentan una autoestima más saludable y una actitud positiva hacia el trabajo.
Recomendaciones para los padres
Establecer reglas claras y consistentes.
Supervisar sin hacer las tareas por ellos.
Reconocer su esfuerzo y progreso.
Enseñar con el ejemplo: los padres también deben cumplir sus responsabilidades.
Inculcar la cultura del deber desde el hogar es la mejor inversión para formar personas responsables, comprometidas con su entorno y preparadas para los retos del mañana.