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¿Sueñas despierto? Conoce cuando el daydreaming es perjudicial para la salud mental
Es importante considerar que ciertas personalidades y características psicológicas permiten que algunas personas sean más propensas al daydreaming.
Soñar despierto o daydreaming es una actividad natural y común, pero puede convertirse en perjudicial cuando se vuelve excesiva, interfiere con labores cotidianas o genera sentimientos de obsesión o angustia, advirtió Giovana Hernández, psicóloga de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS).
“El daydreaming es un proceso mental que permite a una persona alejarse temporalmente de la realidad para focalizarse en fantasías o escenarios imaginarios. Es un escape cognitivo, y es que la mente humana tiene una inclinación natural hacia la creación de escenarios alternativos que pueden ofrecer consuelo o un sentido de control sobre situaciones externas”, explicó.
Esta actividad está motivada por factores psicológicos, como la necesidad de escapar de situaciones estresantes o aburridas, la búsqueda de soluciones a problemas no resueltos o la simple necesidad de relajación mental. Además, los deseos inconscientes, como las aspiraciones personales o los miedos, pueden influir en la dirección y contenido de estos pensamientos.
“Sin embargo, soñar despierto puede ser perjudicial cuando una persona se encuentra constantemente sumida en pensamientos internos que le impiden cumplir con sus responsabilidades o disfrutar de la realidad presente. También es dañino cuando los contenidos de los daydreams se vuelven obsesivos o angustiantes, generan malestar emocional o contribuyen a trastornos como la depresión o la ansiedad”, dijo la especialista de la UCSS.
Es importante considerar que ciertas personalidades y características psicológicas permiten que algunas personas sean más propensas al daydreaming. “Individuos con una alta tendencia a la introspección, a la fantasía y a la exploración interna, como aquellos con una personalidad más creativa o introspectiva, tienden a soñar despiertos con más frecuencia. También personas que experimentan altos niveles de ansiedad o estrés recurren a esta práctica como una forma de evasión”, agregó.
Además, el daydreaming excesivo está vinculado con algunos trastornos mentales, en particular con la ansiedad, la depresión y los trastornos de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Para Hernández, es importante reconocer las señales de alarma que advierten un posible cuadro de daydreaming patológico. “La dificultad para concentrarse en tareas cotidianas debido a pensamientos intrusivos, la pérdida de interés en actividades sociales por preferir estar en su mundo interno, sentimientos de culpa relacionados con la cantidad de tiempo dedicado a la fantasía, pensamientos intensos que causan angustia emocional son síntomas de alerta”, indicó.
Cuando el daydreaming comienza a interferir con las actividades diarias, como el trabajo, el estudio o las relaciones interpersonales, o si promueve la angustia, ansiedad o depresión, junto con una evasión crónica de la realidad, es recomendable recurrir a la ayuda de un psicólogo o terapeuta especializado puede ayudar a identificar las causas subyacentes y brindar estrategias para manejar este fenómeno de manera saludable, precisó la especialista de la UCSS.
Agregó queuna de las técnicas que permiten controlar el daydreaming es el entrenamiento en mindfulness o atención plena, que ayuda a las personas a redirigir su atención al momento presente.
“Establecer límites de tiempo para la reflexión y la fantasía puede ser útil. En el contexto terapéutico, se puede trabajar en la reestructuración cognitiva para que los pensamientos se vuelvan más realistas y adaptativos. Además, fomentar actividades creativas, como la escritura o el arte, puede canalizar de manera saludable las tendencias al daydreaming”, finalizó Hernández.