Tratamiento oncológico con visión integral mejora la calidad de vida

Tratamiento oncológico con visión integral mejora la calidad de vida de pacientes
Especialistas del Instituto Oncológico de Fundación Arturo López Pérez (FALP), exclusivo centro de cáncer de Santiago de Chile con alta especialización en América Latina, destacan que el uso de tratamientos médicos junto a terapias complementarias mejoran la calidad de vida de los pacientes
El tratamiento del cáncer no solo involucra los avances médicos y las terapias convencionales, sino también el bienestar emocional y mental de los pacientes. En este contexto, las terapias complementarias han demostrado ser una herramienta valiosa para mejorar la experiencia de quienes atraviesan el proceso de la enfermedad, aliviando los efectos secundarios y proporcionando un apoyo emocional crucial.
Según estudios del informe de la Unidad de Salud Mental de FALP (2022), entre el 25% y el 50% de los pacientes oncológicos experimentan malestar emocional significativo durante su tratamiento. Esta carga puede dificultar la adaptación al diagnóstico y al tratamiento. En tanto, el 28% de estos pacientes necesitan apoyo especializado para gestionar trastornos anímicos, como ansiedad y depresión, los cuales pueden afectar la adherencia al tratamiento y la calidad de vida en general.
Víctor Tapia Cornejo, jefe de la Unidad de Terapias Complementarias del InstItuto Oncológico FALP, explica: «en nuestra experiencia hemos confirmado que estas terapias aportan significativamente a la reducción de síntomas asociados a los efectos secundarios del tratamiento oncológico, como náuseas o dolores de distinto tipo. Algunas de las intervenciones terapéuticas apuntan a darle un nuevo sentido a la vida y facilitar una ‘reconciliación’ con la propia biografía, especialmente en pacientes en cuidados paliativos.»
Las terapias complementarias ayudan a mejorar el bienestar integral del paciente y son una herramienta clave para aliviar los efectos secundarios del tratamiento oncológico. Algunas de estas terapias incluyen:
- Yoga: A través de posturas corporales y técnicas de respiración, los pacientes alcanzan un estado de equilibrio y bienestar físico y emocional.
- Pilates: Una actividad que mejora la conciencia corporal, alivia tensiones y fomenta la movilidad y fuerza muscular.
- Reiki: Una práctica energética que promueve la relajación profunda y el equilibrio entre cuerpo y mente.
- Mindfulness: Técnicas de meditación y atención plena que ayudan a los pacientes a gestionar el estrés y a estar más presentes en su proceso de sanación.
- Arteterapia: A través de la creación artística, los pacientes tienen la oportunidad de expresar sus emociones, favoreciendo su bienestar emocional.
- Musicoterapia: El uso de la música para aliviar la ansiedad, el dolor y mejorar el estado de ánimo de los pacientes.
- Dramaterapia: Fomenta la expresión creativa y emocional a través del juego y el drama, proporcionando una salida para el estrés emocional
La integración de las terapias complementarias no solo mejora el bienestar físico, sino también la salud emocional de los pacientes. Al combinarse con la medicina convencional ofrecen un acompañamiento integral que abarca desde el diagnóstico hasta la reinserción social. De este modo, los pacientes logran experimentar una mejor calidad de vida, mayor control sobre sus emociones y una manera más saludable de adaptarse a los desafíos del tratamiento oncológico.
«Una de las cosas que hay que aprender cuando se está en situaciones de crisis como lo es un diagnóstico de cáncer es el hecho de admitir que esta vivencia probablemente me sobrepasa y me genera un enorme malestar. Por lo tanto, aceptar la ayuda disponible, no solo para el paciente, sino también para su entorno familiar, es esencial para mejorar la adaptación y el manejo del sufrimiento», explica Daniela Reinhardt, jefa de la Unidad de Salud Mental de FALP.
El cáncer es una de las enfermedades más desafiantes, tanto para quienes lo padecen como para sus familias. Frente a este difícil camino, la medicina integrativa combina tratamientos médicos convencionales con terapias complementarias y ofrece un enfoque más humano. Estas terapias no buscan reemplazar la medicina tradicional, sino acompañarla, promoviendo el bienestar global del paciente.
Al integrar cuerpo, mente y emociones, permiten que el tratamiento no solo se enfoque en la curación física, sino también en la sanación integral. A medida que este enfoque se expande, los pacientes oncológicos acceden a una experiencia de atención más completa, menos dolorosa y profundamente reflexiva.