Una historia de un producto versatil; El zapallo camote
Por: José Darío Dueñas Sánchez (*)
En el sur del país, existe un tesoro natural que ha sido venerado durante siglos: el zapallo camote. Esta humilde verdura, con su piel rugosa y su interior brillante, ha sido un alimento básico para comunidades ancestrales, una fuente de nutrición y sabor que ha resistido la prueba del tiempo.
Imagina un campo bañado por la cálida luz del sol, donde la tierra fértil es acariciada por la brisa fresca de las montañas. En este entorno único, nace el zapallo camote. Con sus tonos terrosos, crece lentamente, absorbiendo los nutrientes de la tierra y el amor del agricultor que cuida cada planta con esmero. Sus colores, una mezcla de naranjas intensos y amarillos vibrantes, cuentan la historia de la tierra misma. Cada zapallo camote es una obra de arte natural, una manifestación de la madre naturaleza en su forma más pura y deliciosa.
Pero su verdadero encanto reside en su versatilidad. Este prodigio culinario puede ser asado al horno para liberar sus dulces aromas y sabores reconfortantes. También puede ser convertido en una exquisita sopa, en un pastel suculento o en un puré sedoso que despierta los sentidos y alimenta el alma. En las mesas de los hogares, el zapallo camote une a familias y amigos. Es el ingrediente secreto que transforma una simple comida en una experiencia memorable. Cada bocado es una invitación a explorar los sabores auténticos de la tierra y a disfrutar de la calidez de una tradición ancestral.
Pero más allá de su sabor incomparable, el zapallo camote representa la perseverancia, la conexión con la tierra y la generosidad de la naturaleza. Es un recordatorio de que lo mejor de la vida muchas veces se encuentra en las cosas simples, en esos regalos que la naturaleza nos ofrece. Ahora, cada vez que veas un zapallo camote, recuerda su historia, su legado de nutrientes y su capacidad para unir a las personas alrededor de la mesa. En cada bocado, saborea la riqueza de la tierra y celebra la magia de lo natural.
(*) Consultor de Negocios Internacionales
Jose Dario Dueñas Sánchez